(la vida pasa tan rápido sin tí),
no recuerdo bién.
La ví después de 9 meses sin hacerlo
y juró que se miraba más guapa,
más madura, más mujer, más feliz.
En cuanto estuve frente a ella
el mundo volvio a resumirse en: nuestro,
solo nuestro.
Nos saludamos como si nada,
pero a la vez como si todo
y ese día, todo se convirtió en "The end".
Los minutos pasaban y lo unico cierto era mentira,
ella fingia demencia y yo a estar bién.
En cuánto a la platica todo fue menó y superficial,
como en un principio,
como cuándo la conocí,
como la primera vez.
La costumbre en cuánto a ir a dos lugares,
siempre fue más grande y aún a pesar de días o meses
de falta de presencia,
decidimos irnos a ese segundo lugar.
En ese recorrido y estancia, se podía percibir,
el corazón mas loco que nunca,
las miradas con un te voy a echar de menos,
los nervios por tratar de mantener la postura,
la mordida en el labio propio, la pasión,
la vista puesta en la sonrisa
y una gran melancolía en el airé.
Pero como era de esperarse,
el tiempo no se detuvo y la realidad reclamaba ya su entrada,
por lo que supuse que decirle
todo lo que extrañaria de ella,
era lo mejor, y he ahí dónde radica el problema:
decír pero no hacer.
Al final de este encuentro,
los abrazos no tardaron en llegar
y ahí fue cuando entendí que
"en sus brazos podría presenciar guerras y no morir"
pero ya era demasiado tarde.
Ten una feliz vida le dije,
cuando a lo que me refería
(aunque ella no lo entendió),era, tenla pero conmigo.
En fin, el fin fué ese.
Y esa fue la ultima vez que la ví, como siempre tan guapa.